Ubicada en el Litoral Pacífico del extremo centro de la Península de Azuero se encuentra una playa cuyo acceso es privado, prohibido y restringido. Su nombre, Madroño.
Pocas veces visitada, debido a que antes de ser vendidos los terrenos, había que cruzar por alrededor de tres fincas y potreros, y caminar al menos 35 minutos para poder correr sus increíbles olas, que por lo general rompen en la marea seca.
Madroño cuenta con una pequeña bahía, su izquierda es tubular y en los días grandes se pone épico, ya que por lo estrecho de las rocas que rodean esta playa, la energía se duplica creando rampas y tubazos perfectos. En la marea media, comienza a romper una derecha larga, no tan tubular pero si el viendo es offshore de verano, es súmamente divertido.
Los riders del patio, decidieron un día aventurarse y cruzar por medio del sendero privado, en donde una "gringa" nos detuvo al mejor estilo de la era de las bases militares en la zona del Canal, para decirnos que no podíamos pasar, pero la astucia panameña automáticamente le replicó un enredo y le respondimos que veníamos de parte de Augusto López, La gringa replicó que, ¿Qúe Ugusto?, le respondimos: Augusto!!!!; la dejamos pensando en el tal Augusto...
Luego, seguimos manejando para llegar a un pequeño ranchito de cemento, en donde indican las malas lenguas, dichas tierras ahora pertenecen a un ex Ministro del MEF, dedicado a los negocios hoteleros. Estacionamos el carro, calentamos, ya la marea estaba un poquito alta, por lo que las olas no estaban tan tubulares como hubiésemos querido, pero el swell estaba bastante grande, por lo que pudimos coronar unas 4 horas de buen bodyboard.
Aquí el resultado:
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